En el mundo, 500 millones de personas menstruantes carecen de recursos económicos suficientes para administrar o sustentar sus periodos y, tan sólo en México, más de 43 millones de personas entre 13 y 55 años menstrúan. En total, una persona gasta en 10 años, entre $15,000 y $26,000 (MXN) en toallas sanitarias y tampones.

Un gasto mensual de toallas va de los $80 a los $200 (MXN): representa el 6% y 8% de los ingresos de las familias con menos recursos. Cabe resaltar que 4 de cada 10 mujeres viven en situación de pobreza en el país y que el total de duración de menstruación es de 2 a 3 meses al año, lo que al final significa que una cuarta parte de su vida es menstrual.

La pobreza menstrual quiere decir que no existe un acceso pleno a productos menstruales, a agua limpia o servicios médicos suficientes para poder mantener dignamente la menstruación. En otras palabras, no tienen posibilidad de mantener una higiene menstrual. Dentro de esa lista entra también la poca o nula educación alrededor del tema, así como todo lo que conlleva vivir en medio de tabúes y discriminación por ello.

En muchas localidades del mundo, las mujeres y niñas tienen que reemplazar el uso de los productos menstruales por periódicos, calcetines, ropa vieja, trapos, periódicos e incluso hojas y barro o, también, llegan a reutilizar los productos desechables amenazando por completo su salud vaginal con una infinidad de infecciones.

El hecho de que el tema de la menstruación continúe siendo tabú provoca que la desinformación y la ignorancia señale como “culpables” o “sucias” a muchas mujeres en el mundo orillándolas a que sean víctimas de discriminación y malos tratos por la sociedad en la que se desenvuelven.

Además, entre hombres es aún más difícil poder abrirse a este tema por el simple hecho de que ellos no pasan por eso. Entonces no es casualidad que, siendo la mayoría de los líderes del mundo del sexo masculino, los temas de la salud, pobreza y la higiene menstrual hayan quedado fuera de las conversaciones importantes.

Este tema nos concierne a todos, es un tema de derechos humanos que tiene que ver con el enfoque de igualdad de género: se constituye con el derecho al agua, a la salud, a la educación y a los recursos necesarios para sustentar la menstruación.

El 28 de mayo se celebra el Día de la Higiene Menstrual con el objetivo de eliminar todos los obstáculos y problemas anteriormente mencionados y lograr que esto pueda ayudar al mejor desarrollo de todas las personas menstruantes en el planeta.

¿Cómo puedo ayudar?

Visibiliza el problema. Comparte la información a la que tienes acceso e informa a los que te rodean. No seas parte de la normalización de este problema y mantén un nivel de empatía mucho más alto. Abre tu panorama a otras comunidades, estados y países en los que millones de mujeres están pasando día con día por estos problemas. La menstruación es un proceso natural, no debe ser un privilegio.